Intervención Sr. Christopher Lambert
Ministro Consejero, Embajada
de los Estados Unidos en Santo Domingo
Almuerzo Diálogo
Acción Callejera-Fundación Educativa, Inc.,
"Inversión
Social: Garantía de Desarrollo"
Salón Maguá, Hotel Gran Almirante
Santiago de los Caballeros, República Dominicana
Mayo 17 de 2011
Antes de iniciar mis palabras
deseo presentar, de manera formal, las más sentidas excusas de nuestro
Embajador, Raúl Yzaguirre, quien originalmente tenía programado estar hoy aquí
con ustedes. Este evento es muy importante para él, ya que uno de sus
temas preferidos es la educación. Por eso estoy aquí hoy, representándolo
como debe ser.
Desde los primeros años de
historia, en los Estados Unidos han existido defensores de la educación como un
elemento clave para que sobreviva la democracia. Horace Mann, por
ejemplo, enfatizaba que una educación pública universal era la mejor manera de
convertir los jóvenes problemáticos en jóvenes disciplinados y juiciosos.
Con el tiempo, se ha demostrado
que ellos tenían razón. El profesor de economía de la Universidad de
Harvard, Profesor Eduard L. Glaeser expresa que no existe un país con bajos
niveles de educación que haya mantenido un sistema democrático por un largo
plazo, mientras que los países con altos niveles de educación se han mantenido
con una democracia estable.
Es más, se ha encontrado una
correlación de un 77 por ciento entre los niveles de educación en el año 1960 y
los subsecuentes 40 años de estabilidad económica.
Asimismo, existen estudios que
sugieren que la tasa de retorno significativo de las inversiones en programas
de educación y entrenamiento en términos del pago, sea sueldo o salario, tiene
un mayor impacto positivo en la vida de las personas.
Como la inversión en educación
aumenta la posibilidad de mejores salarios y aumenta las oportunidades en la
vida de una persona, entonces podemos afirmar que la inversión en educación fortalece
la economía de un país y la seguridad económica de las familias.
Los beneficios de los
ciudadanos por tener una mejor educación tiene un impacto en el beneficio público: habrá
más pago de impuestos por ciudadanos con un mejor salario, se reduce el
pago en asistencia social y se reduce la criminalidad.
La inversión en el capital
humano es especialmente importante ya que mucho del poder productivo en la
economía de los países depende de su gente.
En el caso de los Estados
Unidos, se estima que todos los edificios comerciales y los equipos de
propiedad privada tienen un valor de unos 13 mil millones de dólares. Sin
embargo, el capital humano de la nación, medido por las habi8lidades de su
fuerza laboral tiene un valor tres mayor, o sea de 48 mil millones de dólares.
Se sabe también, por estudios
realizados, que las sociedades están en mayor riesgo de conflicto cuando sus
jóvenes, especialmente los masculinos, tienen una baja tasa de educación
secundaria. Cada año de educación recibida, nos dicen los expertos,
reduce el número de jóvenes en riesgo en un 20 por ciento. Esta cifra es
realmente significativa.
Asimismo, las mujeres que
reciben más años de educación se casan más tarde, tienen menos hijos y se
someten a mejores cuidados prenatales. Sus hijos tienen mejores tasas de
supervivencia, mejor saluda y mejores niveles nutricionales.
Tres años adicionales de
escolaridad en las mujeres se refleja en una reducción del 20 por ciento en los
niveles de desnutrición de los niños.
En África, por ejemplo, los
hijos de madres con cinco años de educación tiene un 40 por ciento más de
posibilidad de vivir más años, que aquellos que nacen de madres sin educación.
Es más, varias investigaciones
han encontrado que el aumento en escolaridad está disminuyendo la tasa de
infección del VIH/SIDA. El acceso a la educación secundaria es
significativo en la reducción de la vulnerabilidad de la mujer de ser
infectada.
Los jóvenes con poca o ninguna
educación tienen el doble de probabilidad de contraer esta enfermedad cuando se
comparan con los que han completado la educación primaria.
Es interesante la información
presentada por un reciente estudios del Centro para el Desarrollo Internacional
de la Universidad de Harvard, el cual encontró que los estudiantes dominicanos
que se encuentran entre el 10 por ciento de la tasa de rendimiento más alto,
están al mismo nivel que el 10 por ciento de los estudiantes con menor
rendimiento en países como Corea del Sur y Canadá.
Otro estudio sobre República
dominicana, realizado en el 2008, indica que el país se encuentro en el último
lugar en matemáticas, lecto-escritura y ciencia, cuando se comparan los
resultados de los estudiantes dominicanos con los de otros 15 países que
participaron en este estudio. Este estudio hace un diagnostico de los
logros académicos de los estudiantes de tercer y sexto grado en Latinoamérica.
La economía dominicana esta
actualmente comportándose mejor que lo esperando en relación con sus niveles de
educación. Los sectores económicos que muestran mayor crecimiento
dependen del capital humano. Si el país no invierte en su capital humano,
muy pronto estará en desventaja competitiva en términos de su capital humano.
En la Republica Dominicana solo
el 50 por ciento de los niños que se inscriben en la escuela primaria completa
los primeros cinco años de estudios. Mientras, solo un 10 por ciento
completa la educación secundaria.
Para nadie es una sorpresa el
hecho de que una fuerza laboral educada es necesaria para poder competir en una
economía globalizada. Un nivel bajo de estudio y de rendimiento escolar
hace muy difícil que un país pueda competir en este mundo globalizado.
La inversión pública en
educación es de un 2 por ciento del producto interno bruto, mucho menos que el
4 por ciento requerido por la ley de educación. Esta inversión es
importante porque la inversión social es la que mejor asegura una tasa de
retorno. Hasta que los pueblos y sus ciudadanos no entiendan esto, no
podrán tener una democracia o una economía sostenible.
Finalmente,
Mi presencia hoy aquí es un
reconocimiento al importante trabajo que ustedes en Acción Callejera realizan a
favor de la niñez de Santiago. En realidad, pienso que ojalá que los
programas que ustedes realizan se puedan multiplicar a través de toda la
nación.
Como ustedes más que nadie
saben, existe un amplio consenso – que incluye las ONGs, la sociedad civil, los
líderes nacionales, y el mismo Gobierno – sobre la importancia de la educación
para el futuro de la República Dominicana.
Y eso es precisamente lo que
veo cuando miro alrededor de este salón hoy: el claro interés y compromiso de
parte de un amplio, variado e importante sector de esta sociedad unidos y
trabajando juntos para mejorar la educación.
Finalmente, quisiera concluir
con algo que expresara la Secretaria de Estado Hillary Clinton hace unos años,
en un libro que escribió sobre cómo criar un niño. El título del libro,
muy apropiadamente, y esta es una traducción no oficial, es “Se necesita un
pueblo para criar un niño”. Y aquí, en Santiago, vemos precisamente esto:
un pueblo, una ciudad, que se une para ofrecerle educación a sus niños y niñas.
¡Muchas felicidades y muy
buenas tardes!
Santiago, R. D.
17 de mayo de 2011